En un anuncio reciente, la empresa Hyundai ha asegurado que mantendrá su producción del modelo Tucson en Monterrey, México. A través de una declaración compartida por Marcelo Ebrard, secretario de Economía, se confirmó que los vehículos fabricados en esta planta serán destinados a países con los cuales México tiene acuerdos comerciales. Este movimiento ocurre en medio de rumores sobre posibles traslados de producción debido a nuevas políticas arancelarias impuestas por Estados Unidos.
El contexto económico global ha llevado a numerosas empresas automotrices a reevaluar sus estrategias de fabricación. En particular, las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense, incluyendo un arancel del 25% a ciertos vehículos y autopartes importados, han generado preocupaciones entre los actores del sector. Sin embargo, Hyundai ha decidido seguir adelante con sus operaciones en México, aprovechando las ventajas ofrecidas por tratados internacionales como el T-MEC.
Marcelo Ebrard destacó que Carlos Carrasco, director jurídico y de relaciones gubernamentales de Hyundai, le confirmó personalmente la decisión de mantener la planta en Monterrey. Además, señaló que los modelos Tucson producidos allí no estarán destinados al mercado norteamericano, sino a otros territorios bajo convenios comerciales específicos. Esta estrategia permitirá a la compañía evitar los efectos negativos de los nuevos aranceles establecidos por Estados Unidos.
Por otro lado, Hyundai también anunció inversiones millonarias en territorio estadounidense. Con un monto total de 21,000 millones de dólares para los próximos cuatro años, la firma coreana busca fortalecer su presencia en ese país. Una parte significativa de esta inversión incluye la construcción de una planta siderúrgica en Luisiana, valorada en 5,800 millones de dólares. Esta iniciativa ha sido celebrada por el presidente Donald Trump como un hito importante en la relación comercial bilateral.
A pesar de las tensiones arancelarias, Hyundai ha logrado equilibrar su estrategia global mediante decisiones estratégicas tanto en México como en Estados Unidos. Al mismo tiempo, las autoridades mexicanas y estadounidenses trabajan en mecanismos específicos que permitirán reducir el impacto de estos nuevos gravámenes sobre las exportaciones automotrices. Este enfoque garantiza que las partes involucradas puedan continuar beneficiándose mutuamente dentro de un marco comercial ajustado a las necesidades actuales.