En una reciente entrevista, Martin Jacob, catedrático de Contabilidad y Control en IESE Business School, ha ofrecido una perspectiva profunda sobre la política fiscal española y sus repercusiones. Según el experto alemán, aunque España ha logrado récords en recaudación tributaria, lo que refleja un crecimiento económico notable en comparación con otros países europeos, la carga impositiva sobre los ciudadanos españoles es comparativamente elevada. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y, particularmente en Cataluña, el Impuesto sobre el Patrimonio, se sitúan por encima de la media internacional. Jacob enfatiza la necesidad de ajustar anualmente los tramos del IRPF para contrarrestar el efecto de la inflación, una práctica común en naciones como Estados Unidos y Alemania, con el fin de evitar una reducción del poder adquisitivo y desincentivos al trabajo y al consumo. Aunque el Impuesto de Sociedades se mantiene en un nivel promedio europeo, el IVA, aunque del 21%, es visto como una tasa que podría aumentar en otros países, lo que posiciona a España favorablemente en este aspecto.
El análisis del profesor Jacob se extiende a las cotizaciones sociales, que, al ser en gran parte asumidas por el empleador en España, imponen una carga considerable a las empresas, dificultando la contratación. A pesar de que el empleo ha mostrado resiliencia, el envejecimiento demográfico proyecta un desafío futuro para el sistema de seguridad social, exigiendo un aumento en la duración y cantidad de trabajo para mantener la viabilidad de las pensiones. La propuesta de reducir la jornada laboral, en este contexto, es considerada poco oportuna. Respecto a la economía sumergida, que representa un porcentaje significativo del PIB, Jacob sugiere fortalecer la inspección fiscal y reducir las cotizaciones sociales para los salarios más bajos, incentivando así la formalización laboral y la inclusión de personas al sistema. Además, critica los elevados impuestos asociados a la adquisición de vivienda para las familias, proponiendo medidas para aligerar esta carga para los propietarios.
Finalmente, Jacob subraya la posición ventajosa de España para atraer talento internacional, especialmente de América Latina, ante las políticas migratorias de otras naciones como Estados Unidos. La lengua común y las oportunidades laborales convierten a España en un destino atractivo. Sin embargo, advierte sobre la efectividad de ciertos impuestos ambientales, como los impuestos a las emisiones, que, según su investigación, pueden afectar negativamente la inversión de empresas no contaminantes, sugiriendo un rediseño de estos mecanismos para ofrecer incentivos fiscales a quienes inviertan en tecnologías limpias. La clave para un sistema fiscal equitativo y eficiente reside en un equilibrio que no solo recaude, sino que también estimule la economía y apoye a sus ciudadanos y empresas.
Es esencial que las políticas fiscales se diseñen con una visión integral, considerando no solo la recaudación, sino también su impacto en la productividad, la inversión y el bienestar de los ciudadanos. Un sistema fiscal bien calibrado puede ser una herramienta poderosa para fomentar el crecimiento económico, la equidad social y la sostenibilidad a largo plazo. La adaptabilidad y la respuesta proactiva a los desafíos demográficos y económicos son fundamentales para asegurar un futuro próspero y justo para todos.